domingo, 31 de enero de 2016

Para mí.

Hoy no vengo con algo especial, solo quiero gritarme a mi misma. No esperes una discusión agradable, una discusión que alguien puede tener consigo misma puede durar años, y a pesar de los gritos cada vez más altos, o las treguas que te puedes dar a ti mismo, al final solo hay dos finales: una tregua hasta el siguiente asalto, o perder contra ti mismo. Y puede sonar irónico, pero uno puede perder contra si mismo si las fuerzas abandonan y no queda nada más por lo que luchar si llevas perdidas otras batallas sin ninguna derrota. Y sé que esto puede carecer de sentido, ya que estoy mezclando batallas con discusiones, pero, ¿acaso no son lo mismo? Al final siempre hay un perdedor y un ganador.

En mi vida, en mi mundo, en mi cuerpo, la perdedora soy yo. Hay muchas cosas por las que he luchado sin éxito, u otras, contra las que después de perder, he terminado ganando. Es todo subjetivo, es depende de como lo mires. Es ese punto de vista que cada uno tiene. Y en el mío, últimamente estoy empezando a perder de nuevo, y ya parece rutina. Ya no es perder una disputa contra alguien sobre temas diferentes de la vida, porque eso siempre ocurre. Es perder contra mí misma, contra las promesas que me dije convencida de que si las seguía todo iría a mejor. Pero no. Esto va para mí misma, para mis propias críticas, para mi hundimiento propio.

Empecemos con algo básico, ¿qué tal si hablamos del físico? Algo básico para mi no es, pero es algo que siempre entra a primera vista. En eso consiste el amor a primera vista, en el físico. Qué irónico que últimamente solo entren por los ojos (¿o debería decir por las zonas íntimas?). Pero esto no es una carta de protesta, de esa ya hay muchas, siempre exigiendo y criticando lo mismo, ¿no veis que vuestras palabras no sirven de nada? ¿No veis que todo es en vano? ¿Por qué seguir insistiendo si solo perdéis? Aquí no vengo a hundirme por los standars de belleza que tenemos, aquí vengo a hundirme por mis propios standars, y ya no por ellos en si ya que son parecidos a los de hoy en día. Aquí vengo a por mi propia crítica, para mí.
Esto puedo decírmelo muchísimas veces en voz alta, con amigos, o con familiares. Pero no es lo mismo, a veces si lo digo es porque quiero parar de hundirme a mi misma, porque necesito un: ''No digas eso que no eres fea.'' Que aunque no me lo crea, me ayuda a estabilizar mi cabeza contra mis propias críticas, para pararlas por un rato intentando enseñarme que no soy lo que pienso, intentando pararme a mí misma contra mi mayor debilidad: yo.Y sí, no es estúpido, me hiero a mi misma contra mí. Porque soy idiota supongo, o alomejor no. Puede que haga bien.
Pero dejémonos de metáforas, porque todo es esto es el conjunto llamado yo. Pero centrémonos en las pequeñas cosas que lo conforman: mi cuerpo. Y en algo todavía más específico: la cara. ¿Qué tiene mi cara para que pueda hacerme quererme? Nada, ni la sonrisa esa fea, ni los labios que mi madre dice ser bonitos, lo único bueno que tengo en esta cara redonda llena de granos y puntos negros son los ojos. Grandes y expresivos, pero al fin y al cabo, marrones. Como los demás, del montón. Por una cosa que tienen los demás igual o mucho mejor, ¿en serio vale la pena el esfuerzo de quererme? No. Y mi pelo, marrón, ni liso ni rizado, poco volumen. Una mierda. Como yo en general.
Prosigamos, ¿qué tal ahora con la parte central del cuerpo? El abdomen. Y analicemos parte por parte, empecemos con la parte con la cual estoy más acomplejada: mis pechos. Dos pequeños redondeles que sobresalen un poco de mi cuerpo. Con 16 años, y así de plana. Y no por estar delgada precisamente. Vayamos más abajo, donde están las costillas. Un cuerpo precioso es el cual sobresalen las costillas, no que se noten como a las anoréxicas no, sino que sobresalen dos bultos de donde está el final de estas. Que bonito por favor, un poco más y se notan más mis costillas que mis pechos. Que cuerpazo. Pero vayamos más abajo, que tampoco hay que olvidar la barriga que sobresale. Que no estaré gorda, pero tampoco estoy 100% bien. Esa chicha que sobresale cuando me siento es horrorosa. Y por no hablar de los pelos que tengo por todo mi abdomen/espalda, y de los granitos, que no falten. Que preciosidad de chica oye, ¿para qué voy a malgastar tiempo en quererme si no hay nada bonito en lo que buscar? Ni curvas que sobresalgan. Y una espalda curvada, deforme, como yo.
Vayamos ya al final, a la única parte donde puedo encontrar un resquicio de amor hacia mi misma: el culo y las piernas. Tengo un culo, no el mejor, pero al menos nací con algo aceptable, pasable. Algo que puede llamarte la atención entre un cuerpo que no vale nada. Pero tampoco nos precipitemos, que hay de mejores. Y luego mis piernas, mis queridas ''piernas de bailarina'', las cuales sobresalen unos muslos no gordos, pero tampoco finos. No estaría mal cortar carne de ahí. Y luego llegamos a mis queridos gemelos, los cuales no voy a decir nada mal sobre ellos porque son jodidamente preciosos.Con ese agujerito tan... tan que me gusta cuando flexiono las piernas. Es, sin duda, lo único que puede pasar mi examen de agrado.
Y por último, pasemos a las manos y los pies. Horrendas. No hay más. Odio los pies en general, así que no hay mucho argumento que dar a ello, pero a mis manos si. Son feas, con pelitos, y gorditas. Horrendas. Horrorosas.
Ya ves, en una escala del 1 al 10, me daría un 1. Y por mis gemelos.

Pero dejémonos del físico, que ahora viene la mejor parte: la parte que suele determinar si quieres o no conocer a una persona. Y en este caso, si tuviera la oportunidad de conocerme a mi misma, saldría corriendo. O alomejor hasta me metía un par de patadas y me mataba, para así poner fin al sufrimiento de todos por tener que aguantar a una persona como yo. ¿Y por qué digo esto? Porque es verdad, pensemos en los factores que pueden definirme como persona:
- Pesada: si, soy un incordio de chica cuando quiero, o cuando me lo propongo. Y eso es asfixiante, ¿quién quiere aguantar a una persona así? Nadie.
- Sonriente: ¿y a causa de qué? ¿Por qué es lo que siempre he querido ser? La chica típica que siempre sonríe y todos aman, que está ahí siempre que lo necesitas y que nunca has visto estar mal. Porque ese ánimo que tiene te enciende a estar feliz. Eso es a lo que quiero llegar, que aunque esté triste, me lo calle porque tengo que ser feliz. Y después de esta mierda de historia a la que quiero llegar en mi vida, estoy yo. Que si algo me preocupa no consigo esconderlo del todo. Soy una mierda, un fracaso hasta en conseguir mis sueños.
- Llorona: si, lloro más de lo que debería. Y es algo que me da asco de mi misma, porque soy débil y no aguanto nada que me dicen. Ni las críticas hacia mi persona las aguanto sin estar decaída y al final, llorar porque no soy lo que quiero ser.
- Curiosa: hasta el punto de meterme en problemas por preguntar demasiado.
- Desastre: con las notas, nunca tendré esos sobresalientes que mis padres esperan.
- Intento: de mil cosas, de escritora, de bailarina, de buena hija. De todo, para luego terminar dejando todo porque no sirvo para nada.
- Decepcionante: no sé realmente como definir esto. Pero he llegado a decepcionar mucho, a mis padres, a mis amigos, a muchísima gente. O a mi misma
- Imbécil, tonta, gilipollas, idiota: porque sí, porque he llegado a perder amistades porque soy así. Porque hago preocuparse a la gente por mi cuando no deberían porque lo soy. Porque no me quiero a mi misma.
- Perfeccionista: creo que no hace falta especificar o explicar por qué.
- Triste: pongo esto porque aunque no lo parezca, lo soy, y lo somos todos. Pero no es esa tristeza de adolescente porque mi novio me ha dejado, no. Eso no. La tristeza que tengo es por mí misma, porque todo este texto es sobre las cosas malas de mi misma, porque no me quiero. Y me entristece eso, ya que si no me quiero yo, ¿quién lo va a hacer? Y ya no es por ser querida por los demás o no, es por quererme, aceptarme como soy realmente. Por quererme y decirme todos los días al mirarme al espejo que aunque no sea la más guapa, hoy lo estoy, porque lo soy dentro de mis límites. Ya no es ser guapa o no, es aceptación. Es dejar de desperdiciarme porque no llego a ser lo que quiero ser, porque no soy perfecta. Eso es a lo que quiero llegar con esta mierda de texto, quiero solo dejar de desperdiciarme a mi misma con insultos porque me estoy haciendo daño. Y quiero parar, porque no es bueno escribir esto mientras lloro. Porque estoy cansada de insultarme cada día con un: ''trozo de mierda que soy.'' Quiero ser como esas chicas que se quieren y se aceptan a ellas mismas, no quiero llorar porque no soy como las chicas perfectas y preciosas que veo cada día, por las cuales todavía me martilleo más la cabeza porque sé que nunca seré tanto como ellas, y ya no porque yo lo veo sino por lo que veis los demás, las chica esa preciosa, modelo, de la que hablaste hoy. Estuviste media hora hablando de lo preciosa ya no físicamente, sino su personalidad. Es perfecta, para ti. Y me encanta que tengas esa confianza para hablarlo conmigo, pero siendo como soy, y siendo tú: me ha afectado esa forma de la que hablas de ella. Porque veo que nunca hablarías así de mi. Y si tú no lo haces, ¿por qué iba a hacerlo yo? ¿Por qué iba a hablar yo de mi a mi misma de esa forma? ¿Para qué? Si no soy ni 100 veces como ellas.
Admitámoslo, aunque algún día llegue a ese grado de aceptación, nunca llegaré a quererme a mi misma porque no soy lo que me gusta.

Creo que hay muchas cosas que definirían mi persona, pero estoy cansada de criticarme. Yo venía a gritarme, a exigir un cambio. Pero solo he conseguido recriminarme todo lo que nunca me he dicho realmente a la cara, solo en bajito, a oscuras, intentando disimularlo para que no doliera tanto. Pero aquí, al final lo he soltado todo.
Y duele sentir todo este odio hacia ti misma.

miércoles, 27 de enero de 2016

Reflexión.

Hoy me he enfadado, me ha puesto de mala hostia como argumentas atacando a las opiniones de los demás, no lo encuentro ni justo ni bueno. Vale que los debates son así, pero creo que la conversación de hoy solo estaba dirigida a intercambio de opiniones. Pero se ve que no, tu te lo tomaste como entrada a un debate que por cosas obvias (tú estás más documentado, no hay más) ibas a ganar. Lo que no me gustó fue el giro radical que le diste a la conversación, yo solo te hablaba de descubrir, y tu lo giraste al mundo de la maldita política. ¿Sabes qué es eso para mi? Es de lo peor que me puedes hablar, odio la política y nunca me ha interesado. Y ahí estabas, atacando con guerras e historias. NO ME IMPORTABA, yo solo quería una conversación suave sobre viajes. La tuve también, pero suave no fue. No entiendo por qué esa manía a USA, vale si, ha podido hacer muchas cosas malas, pero, ¿qué país es puro? Ninguno.
Y es lo que me jode, que por temas políticos la belleza de un paisaje te interponga. Porque vale, entiendo que New York no te atraiga, ¿pero tu sabes los preciosos bosques con los puentes cubiertos que hay en New Hampshire? O vayamos a algo más conocido, la Ruta 66. Sé que es algo super conocido, pero ¿acaso no piensas que pasar por pueblos abandonados y tirar de moto por una semana o más no es un buen viaje? Pues no, a ti no. Y todo por temas de política, por eso la odio tanto.
Destruye las cosas buenas de los lugares, y ya no por el odio que se le puede coger, sino por los lugares bonitos que destruyen las guerras. Esos lugares ya nunca serán recuperados, porque ahí solo quedan cenizas y aire que grita muerte por todos lados. Y es triste, todo por culpa de la política.

O qué me dices de la religión. En ese tema hoy me has dejado pillada. Nunca había pensado en la religión como algo así como lo describiste. Siempre he pensado que los que creen son ilusos intentando buscar una forma para aliviar su dolor,  intentando creer en algo (o alguien) que los salvará de ese sufrimiento. Y eso, sinceramente, me parece una chorrada. Es algo innecesario, por ejemplo, Dios no te salvará de un cáncer, ¿a qué no? Solo puedes rezarle para que todo vaya bien, pero no te ayuda, ese viaje lo tienes que afrontar tu solo, Dios no estará ahí para ayudarte aunque tu creas, él no te va a dar la cura a tu sufrimiento.
Es por eso que no creo, no me va a ayudar, en todo caso me dejará como una tonta. Y eso explica también mucho de una persona. Has tenido buen razonamiento con eso, la religión es una cosa que te hace decidir que pensar de una persona u otra, pero de una forma limitada ya que a mi parecer, hay mil factores más para saber como vas a comportarte delante de esa persona.
Pero no lo niego, la religión sobre la que me hablaste y bueno, crees, me interesó. Había oído hablar una vez de ella, Sintoismo. La religión nativa de Japón donde adoras a los kami o a los espíritus de la naturaleza (escasamente explicado). Es interesante, ya que es otra cultura, otra religión que en España pocos practicarán. Y de esto no es lo que quiero hablar, con esto, solo quiero decirte que una religión hay que creerla, vivirla.
Y yo no puedo vivir algo que no creo, sería una hipócrita. No sé, solo creo en la reencarnación... y eso no me va a hacer budista. No, porque solo es un concepto de miles que marcan una religión. Y ese es el problema, que después de todo esto, reflexiono y pienso: ¿cuántas cosas tan ''sencillas'' como la religión las paso por alto? ¿Por qué no me preocupo eso? ¿Seré estúpida? ¿Seré una adolescente de esas que odio porque no saben nada? ¿Y si pensaba que era madura y con conocimientos (no muchos, pero algunos más que mis compañeros) y en realidad, soy una ilusa por pensar eso? Pero más importante, me has hecho darme cuenta de la misma pregunta que a veces me cuestiono: ¿quién soy?
Porque no es sencillo para mi contestar a esta respuesta, fíjate, no tengo valores religiosos: pienso que todo es una comida mental para ilusos... pero, ¿y si no lo es? ¿Y si de verdad puede llegar a ayudarte, a darte esas fuerzas para seguir adelante y yo, las estoy perdiendo? Porque esas fuerzas puedo necesitarlas, no tendré depresión, pero a mi forma de ser, a veces duele y no tengo más que tristeza y ansiedad porque no veo nada positivo en mi vida. ¿Y si necesito creer en algo para ayudarme?

No lo sé, parecerá una tontería, pero en realidad me das mucho más que cuestionarme sobre mi vida y mi mundo. Y me asusta la cantidad de cosas en las que tengo que reflexionar. Porque no solo soy yo, son miles de millones de personas más que viven en este mundo deteriorado, muriendo poco a poco, como nuestro planeta.

Hay demasiadas cosas que pensar, y veo que solo me he centrado en mi misma. Y bueno, ni en eso.

Take note.

If you are reading this, you have survived your entire life up until this point.
You have survived traumas, heartbreak, devastation, the different phases of life. And here you are.
You go, motherfucker. You're awesome.

martes, 26 de enero de 2016

Primerizo.

Me acabo de dar cuenta de algo que había olvidado completamente, él nunca fue mi primer amor. Puede que fuera mi primera relación de verdad, pero yo ya había amado antes. Y lo había olvidado por completo. Tú fuiste el primero. ¿Cómo pude olvidarme de algo así?

Por eso tantas cosas han ocurrido: pasadas, presentes y futuras. Siempre pasará algo entre nosotros. Siempre las palabras dolerán aunque no vayan con esa intención. Porque sé que mi carta te dejó tocado, sé que algo te afectó. O eso espero, no es una carta que haya hecho a puño y letra, gastando sudor. No, la escribí para no llorar. La escribí para decirte todo lo que quería gritarte a tu cara. Así que no te preocupes, he escrito cartas peores para mi misma.
¿Por qué pensaste? ¿Por qué reflexionaste? Nunca deberías haberla visto, lo sé. Posiblemente me odias ahora mismo por esa carta... ¿en serio tan triste es para que nunca más quieras leerla? Eso me ofende, creía que era una carta que gritaba tu nombre. Y bueno, lo es, pero te ha ofendido. Y en parte, fíjate que me alegra saber que ese yo te ha hecho reaccionar.

Pero no quiero hablar de esto, me importa poco tu opinión con la maldita carta que escribí. Me importa lo que me dijiste, y como me dejaste. No es divertido estar en historia riéndote con tus amigos y que de repente te suelten un ''Tenemos que hablar''. No se pasa bien cuando te preguntan algo bastante obvio ya que joder, se ve que eres tú. Pero lo peor es hacer pasar que todo va bien, lo peor es aguantar las horas restantes de clase sonriendo, haciéndome la fuerte, la valiente, ante un jodido mar salado. Y ya no es el rechazo, es la respuesta. Dolió, no me la esperaba, es más, no te esperaba pensando en un ''nosotros'' de esa forma. Pero ahora ya no hace falta, has dejado muy claro lo que pensé que algún día lejano podría pasar, aunque aviso, me encanta como tienes planeado tu futuro, pero la vida da demasiadas vueltas... y las cosas que tenías planeadas no siempre salen adelante.
Aunque, si te digo todo esto no es con rencor. No hay nada malo, en realidad creo que ha sido mejor y todo. Solo, como ya sabes, necesitaba decirlo de alguna forma. Y hay que decir, que estoy satisfecha con esa carta, dije todo lo que quería decir de una forma que sé que no pasa desapercibida, dije todo alto y claro. Y no sabes lo orgullosa que me siento de ella. Pero aquí está mi reacción, ¿tristeza? Seguramente, gracias a dios que tengo la mejor hermana del mundo y sabe cuando me escondo cosas que me ponen peor. Gracias a ella he podido soltar un poco de aire para las nuevas cosas malas que vendrán, porque se que vendrán, y aunque sea débil lucharé. Porque aquí, aunque mis promesas a mi misma nunca se cumplen, prometo cargar con todo sin derramar una sola lágrima. Porque estoy cansada de estar triste por gente que no se lo merece. Porque estoy cansada de estar triste por culpa de otros.

Estoy cansada de todo, quiero ser feliz.

Error.

Te abrí las puertas a lo único que tenía escondido y alejado de todos. Espero no haberte fallado...

                                                                                                                                 y, al parecer, lo hice.

domingo, 24 de enero de 2016

Sustantivos.

Hipofrenia. Perfección. Fracaso. Ansiedad. Tristeza. Distancia. Olvido. Felicidad. Soledad. Amistad. 
Y mil palabras más que definirían algo que no llego nunca a saber: quién soy.

Ha pasado mucho, tiempo y momentos. Mil cosas que me han trazado, y que lo siguen haciendo, para hacerme tal y como soy. Y creo que no estoy bien hecha, tengo mil defectos, joder, mil y más.
Ahora mismo no sé si es rabia, miedo, tristeza o cualquier sustantivo parecido a estos. No estoy bien, aunque lo parezca, puedo estar feliz, pero no. 
No sé, puedo tener un día buenísimo, sentir que todo va bien, pero de repente cae la noche y todo ese optimismo se va a la mierda. Y sigo diciendo que son bajones, pero ya no sé si de verdad lo son. Tampoco sé de verdad lo que necesito para no estar así de mal, es solo, necesidad de correr, desaparecer. Pero no puedo, no aquí en USA. Ni tampoco en España.
Me siento aferrada a todo: estudios, obligaciones, familia, amigos, novio... TODO. Tengo que hacer todo bien, es mi deber: no puedo tener malas notas, no puedo dejar de hacer mis obligaciones, no puedo defraudar a mi familia, no puedo cambiar ni molestar a mis amigos, no puedo hacer daño a mi novio ya que si algo ocurre va a ser el peor error...

Es todo un estrés continuo. Todo tiene que ser perfecto. Pero no puedo, odio decirlo, pero nunca llegaré a la perfección ansiada, ni físicamente, ni psicológicamente.
Porque seamos sinceros, puedo ser guapa, bueno, por un momento admitiré algo que ni yo misma reconozco. Pero, ¿y todas las heridas de esos oscuros años cuando llevaba mi corsé? Porque esas marcas marrones que se han quedado no se van a ir, se van a quedar ahí de por vida para recordarme lo sucedido.  ¿Y esas costillas salidas que hacen mi cuerpo tan jodidamente raro? Porque dime, no es normal que unas costillas se noten por estar así.
Y vayamos a la personalidad, ¿quién va a querer a alguien testarudo? ¿Quién va a querer a alguien inseguro? Pero más importante, ¿quién va a quererme con mis días de soy una jodida mierda? Porque yo lo sé, aguantarme en esos días es tortura, solo lo veo negro, y no hay nada que me anime. Dime tú ahora, en esos días así, quién va a quererme.

Y ya no es querer o no, es solo aguantar, o estar. Porque he perdido a mil amigos, y seamos sinceros, ellos no me han perdido a mi. Esa excusa barata ya no sirve. He perdido, si, y todavía quedan más niveles.
Ahí es donde quiero llegar, si en este nivel, ya estoy fallando y casi, cayendo... ¿cómo voy a sobrevivir con una sola vida a los siguientes? ¿Sola? ¿Triste?
Pero, ¿y si no me quedan tantos? ¿Y si mi vida solo se resumiera a 16 niveles? O en unos pocos más... pero al fin y al cabo, en menos que el resto. Solo por todo.

Sé que esto lo escribo en un mal día, pero últimamente siempre son malos días quiera o no. siempre está esa pequeña espina que no deja. Y tengo miedo, porque no quiero hundirme de nuevo, fueron dos malos años, y no quiero volver a ellos. Quiero volver a la misma felicidad del momento. Quiero volver a dejar de preocuparme por el futuro y pasarlo bien. Pero no puedo, porque tengo que tomar mil decisiones que no quiero. Y soy idiota, porque hay decisiones que tomaría si fuera valiente, como huir a Barcelona al fin.

Y otro problema, ¿por que esa obsesión de huir a Barcelona antes de tiempo? No lo sé.

Ya no es por el amor joder, que todo es un maldito cliché, odio ponerme así de gilipollas por palabras bonitas. Ya es por todo, por no conseguir esa perfección, por esa satisfacción que nunca sentiré, por ese odio a mi misma por no ser alguien como yo quiero, por no saber cambiar, por querer huir, por no querer más decisiones, por la distancia, por la soledad que siento a ratos, por la jodida hipofrenia o por odiosamente, yo.

Ahí está el problema, soy yo.

Madurez

Posiblemente este sea el peor texto que esté escribiendo en mi historia, pero realmente creo que tengo que hablar de esto.
Creo que tengo un nivel de madurez bastante alto para tener 16 años. Joder, estaba hablando con mi hermana dándole consejos sobre que hacer con su vida y le dije lo mismo que su primo de 20 tantos años. Y me da por pensar, ¿por qué? ¿Qué me ha hecho este tipo de persona? Y realmente no lo sé, es una maldita incógnita.

Me gustaría hablar sobre lo que has dicho sobre que viajar te hace un poco más maduro. Creo que esa no es la frase correcta del todo. En mi opinión (tengo mucha suerte de que a mis 16 años pueda tener una opinión como esta), la de una persona que por lo pequeña que es ha viajado mucho, viajar te hace ser una persona más abierta de mente porque estás descubriendo culturas, idiomas, gente y mil cosas nuevas. Entonces eso no significa que te haga un poquito más maduro... porque no te hace más ''adulto''. Pero si te hace entender la diversidad de nuestro mundo. Por eso viajar es una cosa tan bonita. Como la fotografía, un arte.

Sé que esto puede tener no mucho sentido, pero después de haber cogido más aviones en un año que algunos en toda su vida te das cuenta del privilegio que tienes al viajar y conocer lugares preciosos.

Para ti, de nuevo.

Me has vuelto a llamar Marieta.
¿Tú sabes lo que es volver a leerte llamarme así? Felicidad, una jodida felicidad de saber que empiezas a confiar como antes en mí. Felicidad de saber que ya no me tienes con ese terrorífico ''Maria -'' que tenía su significado. Ese menos, mil cosas me rondaron por la cabeza cuando lo vi y me explicaste.
Estaba asustada, pero ahora todo va mejor.

miércoles, 6 de enero de 2016

Para tí.

Esta pequeña carta va para tí, nunca la leerás y si lo llegas a hacer espero que al menos no te enfades por ello. Esta carta es para decir todo lo que llevo gritando en mi cabeza estos días, y sé que aunque después de esto haya dicho todo, no voy a estar feliz, no como están las cosas. Y lo peor es que las cosas están bien, solo que yo te echado de menos y me arrepiento por todo lo que ha pasado, menos las cosas buenas obviamente. Pero empecemos por el principio, esta carta quiero que tenga su principio y su final.

¿Te acuerdas de ese tiempo en el que eramos dos personas enamoradas en la distancia incorrecta? Porque yo sí, joder me acuerdo de esos momentos en los que me hacías reír. O en los que llegué a estar super triste, aguantándome las lágrimas hasta la noche. Por ejemplo, ¿te acuerdas que yo antes no tenía datos y una noche en un restaurante en el que estaba el wifi de mi madre se fue y me enviaste un SMS diciéndome: ''Nanit Marieta''. O algo así, no sé, exactamente no me acuerdo que dijiste, pero ese mensaje fue una sonrisa instantánea, fue algo que nadie había hecho y que tu lo hiciste único.
Pero no te acordarás de esto ya que creo que estábamos enfadados, pero yo me acuerdo perfectamente de estar una tarde con mis padres y mis abuelos dando un paseo por mi pueblo y yo no estaba bien, algo había pasado entre nosotros. Y estaba jodídamente mal, triste y con unas ganas de llorar increíbles. Me acuerdo de una foto que me hizo mi madre, ese día por triste que estuviera salí guapa (raro eh) y joder, es verla en mi Instagram y acordarme de ese día como me acuerdo de ti. Pero la foto no es lo importante, la cosa es que esa noche después de que todos durmieran, lloré por ti.
Supongo que fue en uno de esos momentos dónde se acercó el verano y al poco me enfadé y te bloqueé.

Joder, no sabes lo arrepentida que estoy de eso, no lo sabes bien. Y menos por lo que luego me contaste sobre ese verano. Fui una persona horrible, y bueno, en parte esa no fue la única vez que te hice daño... porque claro, soy la más gilipollas del mundo.

O ahora, la última discusión que tuvimos. Si te dije esas cosas, es porque me sentía así. Joder estaba deprimida, ella siempre iba a ir antes que yo (y en parte lo ha ido). Y estaba celosa. Porque por fin que te había recuperado de nuevo, te iba a perder. Y como idiota, lo hice.

Pero por cosas de la vida, eres uno de ese tipo de gente que no sé como coño no me guardas rencor después de tanto tiempo. Porque joder, te he hecho daño. Y tu también si, pero el que más ha sufrido has sido tu. Y creo que por eso me merezco lo que me está pasando ahora mismo.
Porque ahora tu que estás feliz con ella, yo me estoy arrepintiendo de todo. Ahora aún teniéndote como el amigo que eras, con esas jodidas conversaciones que estamos teniendo y lo más importante, sin haberte visto en la vida: ahora es cuando te echo de menos. Y soy gilipollas, idiota, tonta, porque ahora estás muy feliz (y no sabes lo que me alegro de ello, en serio) y yo estoy echa una mierda. No sé porque, porque tengo el mejor novio que he podido tener, pero es aparecer tú y cambiar los esquemas. ¿Por qué?, dime. ¿Por qué vas a ir antes en mi preferencia de mensajes? Por qué no él antes que tú. PORQUÉ.
Y eso es lo que me tiene en parte triste, porque soy gilipollas ''sufriendo'' por alguien que no debería. O alomejor si, ya que me lo merezco. Alomejor es ''la venganza''.
Pero juro que por tu felicidad lo olvidaré, olvidaré este sentimiento y daré todo lo que puedo dar para no hacerte daño nunca más. Si alguien tiene que hacer daño, esta vez vas a ser tú, porque me lo merezco.

Y soy gilipollas, si, lo soy. Esto y mil cosas más. Porque no merezco escribir esta carta. No la merezco. Pero lo hago, porque no estoy feliz. Y es raro, porque te tengo de nuevo y es algo que he echado muchísimo de menos. Ya te lo dije, te había echado muchísimo de menos... el primer mes no paraba de mirar tu foto y tu estado... o tu conexión. Preguntándome si algún día hablaríamos, o si me habrías olvidado de nuevo.
Pero gracias a dios, a veces me da por hacer estupideces o locuras, y te felicité por tu cumple. Y dios, fueron las 2 peores primeras horas del 2016. Llorando me las pasé. Me echaste TODO en cara, y yo últimamente no ando bien de estima conmigo y con los amigos. Así que cuando me dijiste todo, no pude evitarlo: lágrimas surcaban mis mejillas. Y suerte que me fui de la fiesta. En realidad, uno de los porqués de irme fuiste tú, y que bien hice. Porque no sé como habría sido llorar en medio de todos. No habría sido capaz aguantarlo, eras tú, habías vuelto, pero con palabras cargadas de odio. O eso parecía.

Pero luego no sé porqué, pero llegó el te echo de menos. Y empezamos a hablar como antes de que ''el amor'' se interpusiera. Éramos dos amigos con muchas cosas que contarnos, y ahí es cuando me enteré de que ella al final si había sido la primera, y estoy muy contenta por ti. Pero no deja de dolerme.

Pero me lo merezco. Y tampoco merezco escribir esto. Pero lo hago, porque es la única manera que sé de decírtelo todo.

Así que aquí termina mi carta. Una pequeña, recordándote, ''queriéndote'' y disculpándome por todo. Y sé que no quieres que me disculpe, pero debo. Te debo eso y mil cosas más.

Gracias por todas las sonrisas que me has sacado, y por los últimos 6 días. Me has devuelto algo que no sabía que había perdido. Te quiero.